En la dinámica y efervescente era del siglo XXI, los seres humanos nos encontramos en una constante búsqueda de validación social.
A menudo, esta se materializa a través de la adquisición de bienes materiales que representen un símbolo de estatus, como un automóvil de lujo europeo.
Este objeto, en apariencia mundano, puede transmitir un mensaje sutil pero poderoso a quienes nos rodean, demostrando nuestro valor y posición.
De manera similar, este fenómeno puede observarse en el mundo de las mascotas, particularmente con los perros.
Los perros, desde cachorros adorables hasta impresionantes ejemplares adultos, se compran y venden a precios que varían desde cientos hasta millones de dólares.
Un caso extremo de esto ocurrió en 2014, cuando un Mastín Tibetano fue vendido a un multimillonario por la asombrosa suma de 1.9 millones de dólares.
Este hecho nos lleva a reflexionar: ¿qué hace a este perro tan especial como para justificar tal inversión?
Para abordar esta pregunta, es crucial aclarar un concepto erróneo común: la idea de las "razas puras". A pesar de lo que muchos pueden creer, la realidad es que no existen razas puras.
Este término es una construcción humana, utilizada para describir una línea de descendencia selectiva y controlada.
Los únicos caninos verdaderamente "puros", si seguimos esta lógica, son los lobos y algunos otros caninos silvestres que aún habitan en regiones remotas del mundo.
A pesar de esta realidad, no estoy en contra de las razas de perros. Sin embargo, tampoco apoyo la idea de fomentar exclusivamente la adquisición de "perros de raza".
En lugar de eso, hoy quiero animarte a que reflexiones sobre la importancia de dar una segunda oportunidad a aquellos amigos peludos que han sido abandonados.
Estos perros, que alguna vez tuvieron un hogar y una familia, a menudo sufren de un síndrome de separación después de ser abandonados.
Aquellos que piensan que dejar a un perro no tendrá consecuencias están muy equivocados. La realidad es que estos animales sienten y padecen, y es nuestro deber como amantes de los animales y como seres humanos compasivos, ofrecerles una segunda oportunidad de vida llena de amor y respeto.
En lugar de buscar el estatus social a través de la compra de un perro de raza, podríamos encontrar una satisfacción mucho más profunda y genuina al rescatar a un perro necesitado y darle un hogar amoroso.
21/08/2020
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